lunes, 17 de agosto de 2009

Encuentro inesperado con un Tiburón

Una de las mayores satisfacciones para mí es encontrarme de vez en cuando frente a algún Tiburón, de los pocos ejemplares aún existentes. Normalmente estos encuentros suelen estar ya previstos, cuando me cito con algún otro aficionado, o pueden ser más o menos esperados, al visitar alguna feria de coches clásicos. Lo más raro es encontrarse algún DS por sorpresa, pero a veces ocurre y es aún más suerte llevar consigo la cámara de fotos. En este blog tengo previsto publicar numerosos de estos encuentros con otros tiburones, que colecciono con mucho agrado.

He decidido comenzar contándoos uno de los mejores encuentros que he tenido hasta ahora. La peculiaridad reside en que, además de ser un encuentro inesperado, el ejemplar era de una calidad muy notable.

Encontré este Citroën en el parking de vistantes de una pequeña feria de clásicos celebrada en la primavera de este año en las afueras de Madrid, concretamente en Vicálvaro. Fue una sorpresa muy agradable, pues su estado era muy bueno. Obviamente no puede ver el motor, pero la pintura y los interiores habían sido objeto de una buena y amplia restauración en su conjunto. Aquí lo tenéis.

Enseguida llamó mi atención ya que por primera vez me encontraba, y casualmente bastante cerca de mi casa, frente a un DS del mismo color que el mío. Y no sólo por fuera... también los interiores eran del mismo color e incluso mejores que los míos, ya que los míos están todavía inacabados de restaurar y estos estaban completos y nuevecitos. Respecto al color de la pintura, como habréis visto en los anteriores post, mi DS tiene el techo negro y este es del mismo color (gris nacré). En mi caso se trata de una licencia a la originalidad, ya que en la época de mi coche se podía pedir el techo negro, distinto del resto del color de la carrocería, pero no era pintado sino forrado de vinilo. A mí me encantaba el techo negro, de distinto color que el resto, pero cuando tomé la decisión de pintarlo, aún desconocía este asunto del vinilo. Es un detalle que resta originalidad a mi coche. Quizá algún día lo corrija, pero no hay prisa.

Este comentario sobre el respeto a la originalidad a la hora de restaurar los clásicos enlaza con el interminable debate sobre el purismo en la restauración. Es decir, se deben restaurar los clásicos absolutamente conformes a como eran en la época o dejarlos exactamente al gusto de cada uno. Este no es el lugar para debatir sobre eso y al final cada uno hace libremente lo que desea con su clásico. Pero sí que tiene que ver con fenómeno cuando menos interesante. Se trata de restaurar un DS Confort (denominación comercial que usaba Citroën para referirse a los DS con acabado no Pallas) o un ID (que como sabéis es un coche con carrocería y chasis idénticos al DS pero con motorizaciones inferiores, sistemas hidráulicos algo menores y acabados más modestos) con el equipamiento y el acabado de los DS Pallas. Es obvio que el acabado Pallas resulta muy vistoso y atractivo, por lo que esta operación, a la cual yo llamo "pallasización", no es del todo infrecuente.

A lo largo de los 20 años de producción de la gama D (DS + ID) existen casi infinitas versiones de acabados y equipamientos, así como los correspondientes restylings y detalles cambiantes en el exterior, el habitáculo y el compartimento motor. Eso hace que, aunque los Tiburones parezcan todos iguales a primera vista, no lo son. Más aún cuando es un coche que exceptuando los últimos seis años de su fabricación fue parco en signos identificativos exteriores. Pero sólo por el aspecto exterior y del habitáculo ya se podría identificar la versión y más o menos el periodo de fabricación. No obstante, el necesario uso de piezas canibalizadas y de desguace, inevitable en los clásicos, hace que nos encontremos a veces con elementos que pueden no corresponder a una versión concreta y dificultan la identificación. Para mí, encontrarme con un DS y tratar de identificarlo con la mayor exactitud posible es uno de mis pasatiempos favoritos.

Con este modelo fue un placer ya que se trata de un trabajo de pallasización muy logrado. En primer lugar comprobé que el vehículo en cuestión era, originalmente, un Citroën ID, puesto que disponía de un pedal de freno tradicional. Siendo un ID de origen, era imposible que ese coche fuese Pallas ya que ese acabado sólo se ofrecía en los modelos DS. Mientras tanto, el equipamiento Pallas saltaba a la vista, sobre todo en el interior. Además me resultaba inconfundible porque era el mismo que el mío: tapicería mixta lisa-rayada, exclusiva Pallas, paneles de puertas con mezcla de fieltro y skai blanco, así como la banda superior acolchada blanca. El guarnecido de techo color gris claro (también Pallas)... vamos, un interior perfecto y totalmente Pallas, como se puede ver.


Es en el exterior donde se aprecian algunas ligeras incoherencias respecto al acabado Pallas y a las diferencias entre DS e ID. En la siguiente foto podemos apreciar que los pilotos traseros son negros (de ID o DS Confort). Si fuesen Pallas la parte negra tendría que ser plateada. También (si clicáis en la foto veréis el detalle) la placa que cubre el pilar trasero del coche es de aluminio liso con la mención "Pallas" escrita. Es un buen detalle, que a su propietario le habrá obligado a buscar de propio una placa así ya que la original de su ID sería de aluminio rayado y sin poner "Pallas", por supuesto. Lo que ocurre es que es una incoherencia temporal, ya que la mención Pallas en el pilar sólo se puso a partir de 1973. Y ese coche, por los tiradores de puerta que lleva, no puede ser posterior a 1969.


Hay dos detalles más en los que no se ha podido completar el acabado Pallas. El primero es que carece de molduras pequeñas cromadas en los bordes superior e inferior de las puertas. El segundo es que los tapacubos son de DS Confort y no de Pallas. Entiendo al propietario ya que en ambos casos son operaciones costosas o delicadas. En el primer caso es que los coches que no fueron Pallas originales, no llevan taladrados en la carrocería los agujeritos necesarios para alojar las grapas que sujetan dichas molduras. Hacer los dichosos agujeritos es harto complicado ya que son un montón y si te tuerces un poco en alguno, ya no quedará bien. Y respecto a los tapacubos, es una pieza bastante cara. Por ello supongo que quizá lo ha dejado para una mejor ocasión.

Os dejo una foto más de este muy interesante ejemplar, a todas luces muy bien conservado. Uno de los aspectos que más me impresionó fue el impecable estado de su chapa y pintura. Si su propietario/a lee este blog o alguien le conoce, le agradecería mucho que se pusiese en contacto conmigo, ya que me encantaría conocerle.




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