Como es de rigor comenzaré este blog describiendo el Citroën DS que me honra poseer.
Se trata de un DS 21 Pallas fabricado en 1971. Tiene un motor de carburación de 2.175 c.c. y caja manual de 5 velocidades, con 115 CV de potencia. El color de la carrocería es Gris Nacré (código AC 095) con techo negro (AC 200). La tapicería es de fieltro color Burdeos mixta (lisa-rayada).
Lo compré a finales de 2007 en un pueblo de Lérida, a un dueño honesto y amable que, sin haberle hecho restauración de peso alguna, lo había mantenido bien a lo largo de 10 años. Afortunadamente estaba bastante sano de corrosión, y eso me animó mucho a comprarlo. Por otra parte se notaban defectos en la suspensión y embrague duro, así como una pequeña fuga de líquido hidráulico LHM. Todo ello a tener en cuenta como reparaciones necesarias.

Además, como veréis en la foto, su curiosa pintura exterior granate y negra (no original, por supuesto) hacía casi inevitable un repintado. La tapicería y las moquetas también pedían una renovación completa. Trabajos todos ellos que fui realizando, algunas veces por mí mismo, otras veces por profesionales, a lo largo de los siguientes 10 meses. En ese tiempo también hice hacer una serie de reparaciones mecánicas necesarias: renovar frenos, rectificar culata y cambiar la junta, rehacer toda la refrigeración, la dirección, cambiar las esferas y algunos detalles más. Todo ello en Talleres Anzoma de Madrid. Tras ese periodo el coche experimentó una gran mejoría en su conducción y en su aspecto general. Se convertía en un vehículo bastante presentable.
No obstante, el trabajo no termina ahí. Quedan pendientes ciertos detalles estéticos de relativa importancia, sobre todo en el interior del habitáculo, como son cambiar y renovar el interior de las puertas (pues los paneles antiguos no están a juego con la nueva tapicería) así como el guarnecido del techo, que no es original y debe ser sustituido. A día de hoy me encuentro enfrascado en estas tareas y el coche de hecho se encuentra desmontado parcialmente para llevarlas a cabo.
Considero que el restaurar este Tiburón es una afición para el resto de mi vida y por ello voy haciendo las cosas poco a poco, sin prisa, también para que económicamente sea más soportable. Esto supone que cuando acabe las tareas que he descrito, tomaré un descanso y el coche rodará una temporada hasta que comience su siguiente fase de restauración, esta vez mecánica pura y dura. Ésta consistirá en sustituir algunas piezas del escape, el posible cambio del equipo motor (sí, sí, ya que lamentablemente el motor va quemando algo de aceite a ratos) y la también posible reparación del embrague (ya que nos ponemos con el equipo motor mejor será aprovechar todo ese desmontaje).
Este es el coche en su estado actual.

Y esta es una foto de su interior. Como veis los paneles de puertas deben ser cambiados por unos de color burdeos a juego.
